Paranóicos.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Me encanta el olor a otoño y sus tonalidades tan variables desde ocres, naranjas y marrones, pasando hasta por el rosáceo de los lilas.Los neoyorquinos cruzando Central Park cobijados bajo sus sus coloridas bufandas de diseño, los niños parisinos pisoteando los montones de hojas mientras siguen hacia la escuela a través de Los Champs- Elysées, las parejas londineses acurrucadas bajo el frío otoñal de Hyde Park... y yo sufriendo calor como si supuestamente no formara parte de occidente. ¿Dónde están esos rasgos,Otoño, que tanto tardan en llegar? Solía decir que me gustaba caminar bajo la lluvia, era un hecho, ahora simplemente es inverosímil, sin sentido, carente de coherencia.
Entra a mi habitación, allí hallarás colgado el paraguas que robé contigo en Londres escasos meses atrás.Almacena más polvo del que habitualmente encuentro en mi día a día...
Temperaturas que suben, nubes que desaparecen, días de playa en los que no soy partícipe a casi principio de Octubre...El mundo no tiene sentido, por lo menos, no para mí.

2 comentarios:

  1. Tendremos que darle la vuelta al mapa, y que empiecen a pasar calor en octubre ELLOS, que ya está bien. Nunca podremos llevar las bufandas como ellos, ni los trajes italianos, ni chapotear con gracia... aquí se suda, ya no hay nada que hacer.

    Un saludo!

    (y gracias por pasarte por mi blog, así he descubierto yo el tuyo :D )

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