Paranóicos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Me va a estallar la cabeza.
Llega el otoño y como no, placas en la garganta además de la fiebre;como si no fuese suficiente aguantar a toda la escoria humana que me rodea.
Vamos a centrarnos;vivo en un lugar que está podrido, y tal cual, apesta. La mentalidad de pueblo se percibe hasta en lo que que atreven a llamar capital. Qué ingenuos, desprenden incultura hasta por los poros de la piel. Hombre, yo no soy perfecta, dejémoslo en que solo piso la mierda sin llegar a sumergirme en ella.Ni que el culturizarse no fuera gratis.
En mi generación abundan jóvenes sin futuro, ineptos bien pagados, gente que aporta fama a estos ineptos, y ceros a la izquierda. Antes creía ser uno de esos ceros,ahora no lo creo, lo soy. Nos caracterizamos por querer probar lo contrario y al final solo acabamos siendo detestados. Si te sientes así, directamente me importa un bledo.
Esta mañana, continué la rutina para hacer honor a la monotonía. Metro, olor de sudor mañanero, té en la pastelería francesa de la esquina, cigarro y chequeo diario de ''a este me lo follaba, por este me haría lesbiana''. Las 8:00 ya. Conversaciones mediocres por gente mediocres, miradas cargadas de desprecio y después Jane; de lo poco con sentido que conozco más mi matutina distracción por Anthony. Mira que es fácil perder el hilo de la conversación y sumergirte en lo más profundo de tu ser. Con lo grandioso que es el hombre, y cómo lo empequeñecemos. Sigamos con el tema. Anthony. Dos metros.Nariz aguileña, mi fetiche. Ojos irlandeses. Barba mal cuidada. Todo un Englishman. Ignoras lo que daría por estar a tu lado.Cualquier individuo de mi ciudad parece enano si entramos en comparaciones, quitando sarcasmos aspectuales de por medio. No sé lo que te motivó abandonar mi querido London, cariño, pero es bonito pensar que fue a causa de mi pequeña dedicatoria en paneles de cristal.Rompamos las ventanas, dijiste entonces, pero todo lo que me apeteció en aquel momento fue fumar para disfrutar de tu olor a tabaco una vez te encontrabas a metros de mí.

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