Paranóicos.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Me encanta el olor a otoño y sus tonalidades tan variables desde ocres, naranjas y marrones, pasando hasta por el rosáceo de los lilas.Los neoyorquinos cruzando Central Park cobijados bajo sus sus coloridas bufandas de diseño, los niños parisinos pisoteando los montones de hojas mientras siguen hacia la escuela a través de Los Champs- Elysées, las parejas londineses acurrucadas bajo el frío otoñal de Hyde Park... y yo sufriendo calor como si supuestamente no formara parte de occidente. ¿Dónde están esos rasgos,Otoño, que tanto tardan en llegar? Solía decir que me gustaba caminar bajo la lluvia, era un hecho, ahora simplemente es inverosímil, sin sentido, carente de coherencia.
Entra a mi habitación, allí hallarás colgado el paraguas que robé contigo en Londres escasos meses atrás.Almacena más polvo del que habitualmente encuentro en mi día a día...
Temperaturas que suben, nubes que desaparecen, días de playa en los que no soy partícipe a casi principio de Octubre...El mundo no tiene sentido, por lo menos, no para mí.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Definitivamente la rutina es lo más burdo que hay. Que si levantarse a X hora,que si dos galletas por aquí, un té por allá... las matemáticas, que pueden podrir la acción de vivir desde que sueltas números. Maldigo a los árabes por su invención del sistema númerico occidental o cuasi-occidental.
Hoy recibí una llamada de una jubilida, quería que le diera clases de inglés;imaginaros mi cara excusada con algún que otro
ajá, seguidos de múltiples ''Sorry Lady, but my timetable is complete.'', la llamaré desde que haga un hueco en el horario.'' Creo que recibirá primero la llamada del asilo.Realismo al estilo inadecuado, otras veces calificado como rudo.
La cabeza me acuchilla una y otra vez.-Debería probar con la mezcla de bicarbonato y limón-. A lo que respondí si no toleraban vodka o whisky, me daba igual.
Tarde-noche, ocaso,atardecer sobre el horizonte bañado de tonos azulados, rosáceos y lilas.
Mi sucio apartamento,esquivar pilas dee libros, y
voilá al puro estilo francés. Encuentro la blusa blanca en el suelo y al chucho sobre ella. -¿No te bastaba con mear los sillones sucio chucho?- ¡Cómo sabe el cabrón!Se escondió debajo de la mesa porque conoce mi llamada ''dificultad de agacharme innecesariamente''. ¡Oh, la edad, la edad!Suerte que poseo entre mis manos el más exquisito bourbón, o whisky suciamente americano, tras las cajas de zapatos.¡Esto es el elixir!Ahora, necesito un cigarro. Que le jodan a la garganta.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Me va a estallar la cabeza.
Llega el otoño y como no, placas en la garganta además de la fiebre;como si no fuese suficiente aguantar a toda la escoria humana que me rodea.
Vamos a centrarnos;vivo en un lugar que está podrido, y tal cual, apesta. La mentalidad de pueblo se percibe hasta en lo que que atreven a llamar capital. Qué ingenuos, desprenden incultura hasta por los poros de la piel. Hombre, yo no soy perfecta, dejémoslo en que solo piso la mierda sin llegar a sumergirme en ella.Ni que el culturizarse no fuera gratis.
En mi generación abundan jóvenes sin futuro, ineptos bien pagados, gente que aporta fama a estos ineptos, y ceros a la izquierda. Antes creía ser uno de esos ceros,ahora no lo creo, lo soy. Nos caracterizamos por querer probar lo contrario y al final solo acabamos siendo detestados. Si te sientes así, directamente me importa un bledo.
Esta mañana, continué la rutina para hacer honor a la monotonía. Metro, olor de sudor mañanero, té en la pastelería francesa de la esquina, cigarro y chequeo diario de ''a este me lo follaba, por este me haría lesbiana''. Las 8:00 ya. Conversaciones mediocres por gente mediocres, miradas cargadas de desprecio y después Jane; de lo poco con sentido que conozco más mi matutina distracción por Anthony. Mira que es fácil perder el hilo de la conversación y sumergirte en lo más profundo de tu ser. Con lo grandioso que es el hombre, y cómo lo empequeñecemos. Sigamos con el tema. Anthony. Dos metros.Nariz aguileña, mi fetiche. Ojos irlandeses. Barba mal cuidada. Todo un Englishman. Ignoras lo que daría por estar a tu lado.Cualquier individuo de mi ciudad parece enano si entramos en comparaciones, quitando sarcasmos aspectuales de por medio. No sé lo que te motivó abandonar mi querido London, cariño, pero es bonito pensar que fue a causa de mi pequeña dedicatoria en paneles de cristal.Rompamos las ventanas, dijiste entonces, pero todo lo que me apeteció en aquel momento fue fumar para disfrutar de tu olor a tabaco una vez te encontrabas a metros de mí.